jueves, 28 de febrero de 2013

Cuestión de fe


El pasado 10 de febrero los cristianos católicos fuimos sorprendidos por una noticia insólita e inesperada: Benedicto XVI renunció al pontificado. Era inconcebible que un papa sabio y que ha puesto orden en algunos cabos sueltos que había en la Iglesia dijera «me voy, ahí les dejo». Pero estaba en su derecho y más aún estaba en los designios de Dios, porque en la Iglesia no hay nada que no pase por la aprobación de Jesús ni del Espíritu Santo.

La promesa del Espíritu Santo:

Varias veces les habló Jesús a los discípulos acerca de la venida del Espíritu Santo con palabras semejantes a las del versículo octavo del primer capítulo de los Hechos de los Apóstoles:

«Accipietis virtutem, superveniente Sancto Spiritu in vos, et eritis mihi testes et in Ierusalem et in omni Iudæa et Samaria et usque ad ultimum terræ». (Act 1, 8). ‘Recibiréis la virtud del Espíritu Santo que descenderá sobre vosotros y seréis mistestigos en Jerusalén, en toda la Judea en Samaria y  hasta en los extremos de la Tierra’.

Es pues necesario que veamos en estas palabras cómo el Reino de Dios se extiende en el espacio y en el tiempo con la asistencia del Espíritu.

Eso complementa el famoso «super hanc petram» cuando el Señor le entregó San Pedro y en él a sus sucesores las llaves del Reino de los cielos (Mt 16, 13-19).

Si nosotros nos entregamos a estos dos pasajes no nos afectarán la infinidad de noticias con que los periodistas han querido  desorientarnos con «sus» causas de la renuncia de Pedro en la de Benedicto XVI.

Cuando pensé escribir estas líneas, sentí temor de que mis argumentos fueran muy simplistas dado todo el fragor de notas acerca del fenómeno de la renuncia del papa, y dado el hecho de que en esto de opinar soy novato. Mientras superaba ese temor me llegó un artículo del periódico católico Religión en Libertad titulado Messori denuncia la prensa laicista quedesinforma. en él explican otro artículo un poco extenso del periodista católico italiano Vittorio Messori titulado Esa lectura política que desfigurala Iglesia, en él, Messori retrata todos los artículos que hemos tenido que sufrir desde el 10 de febrero pasado y que sufriremos hasta mucho después de que el nuevo sucesor de Pedro se haya posesionado. (El nombre del periódico, los de ambos artículos y el del periodista nombrado son enlaces que se pueden clicar para mejor información de ustedes, queridos hermanos).

Conversaba en los primeros días después de la anuncio de la  renuncia con un hermano separado (y hermano mío en la sangre), y me decía que cómo sería de impresionante el lagarteo por ese puesto. Le recordé un dicho popular que he oído en los cinco conclaves que me han tocado: «Quien llega al conclave como papa, sale como cardenal» y le recordé además que es el Espiritu Santo quien elige al papa. Con algo de violencia en su voz me espetó que lo que yo acababa de decir no está en la Escritura.

—Mira, hermano —le dije—, ¿recuerdas la elección de San Matías como sucesor de Judas (Act 1, 15-26); que san Pedro orando le entregó al Señor la responsabilidad de nombrar al sucesor entre dos excelentes candidatos: José Barsaba y Matías?

Como me asintiera por conocer el pasaje, le dije:

—Y la costumbre ha seguido.

Laus Deo Virginique Matri

domingo, 24 de febrero de 2013

Saludito dominical

Queridos lectores de mis dos primeras entradas:

No piensen que los abandoné, no. Ya hice el compromiso y hay que cumplirlo, sólo permítanme la explicación de que las actividades nuevas son como cuando uno entra a un sistema transporte lleno: tiene que buscar acomodo, así mismo esta actividad debe apretujar las otras para que encuentre acomodo. De pronto algunas ya cumplieron su cometido y deban bajarse, pero hay que saber cuáles. Hoy abrí uno de mis correos y encontré el Saludito dominical de un docente del Colegio de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín. Saludito que recibo desde hace ya varios años. Ernesto Blandón Rey, el autor, coincide conmigo en ser ex alumnos salesianos y, por supuesto, en el amor a nuestra UPB. De hoy en adelante este saludito seguirá apareciendo cada domingo.


177- Febrero 24 de 2013
Ernesto Blandón Rey

Volvemos nuevamente a encontrarnos en una mutua invitación especial y única, alrededor de la Palabra que se hace presencia en la persona de Nuestro Señor Jesucristo. ¿Qué trae que nos convoca? Lo que proyecta y la vez nos es desconocido que resplandece en una transfiguración del mundo como participación de su resplandor. Es la gloria de Dios entre nosotros a la que se nos llama a «Escucharle» Visión y palabra, por eso se está bien con Él, con Él se pasa todo, el dolor se hace llevadero y las dificultades son punto de partida para cosas nuevas. «Qué bien se está aquí», dicen quienes arrebatados por presencia tan particular sienten que las cadenas se rompen y se crea una relación nueva entre los hombres, mínimamente se miran a los ojos y se descubren como personas. Es la novedad en un lenguaje único que vence la tibieza; el amor irrumpe en la oscuridad y se aclaran las relaciones entre los hombres. «Este es mi Hijo, el escogido, escuchadle», en Él todo es vida, por eso quienes están allí al amparo de su presencia se sienten vivificados, con la certeza novedosa de que sus palabras redireccionan el camino que debemos seguir. El «Escuchadle» es un mandato de vida, más que oídos, es dejar que su palabra arrope la vida, el ser, la humanidad, la inteligencia, la voluntad, mostrándonos así un camino novedoso de libertad y de entrar en el mundo. La transfiguración de Nuestro Señor Jesús es la nuestra, por eso todo cambia, hasta la muerte; en él se transfigura en vida que no se acaba aunque esté acosada por el sufrimiento. Los apóstoles testigos de tan gran acontecimiento en aquel monte, asombrados, no tenían palabras para explicarlo ni contemplarlo en todo su significado. El silencio es entonces contemplativo, de éxtasis si se quiere ante esa luz que entra en nuestros corazones para irradiar en nosotros el «conocimiento de su gloria que está en el rostro de Cristo».
Estos días que vienen, el que vivimos hoy, son una gracia. La vida es uh milagro cotidiano, ella misma es una invitación a tener los ojos en Cristo Nuestro Señor, para que nuestra transfiguración en su amor, resplandezca en, los momentos que vivimos y viviremos, en el silencio de la palabra y en la elocuencia del acto bueno.
Hagamos de este“Saludito” una cadena de oración por quienes padecen un sufrimiento. Algunos destinatarios, han dado a conocer necesidades apremiantes que ponemos en las manos de Dios para que los llene de fortaleza, anime y si es su voluntad sean curados de sus enfermedades.
El rezo de mil Padrenuestros por la salud de los que padecen cáncer, tú rezas sólo uno y pasas el mensaje a otros para que sigamos rezando. Pásalo, por favor. – Petición de nuestro amigo Ángel Santacoloma Luis Alfonso.
Un abrazo
PAZ y BIEN en el Señor Jesús.
Ernesto B. / Docente del Colegio de la UPB

Comparto con ustedes mi poemario Te vi pasar que se encuentra en las librerías de los Paulinos. Ernesto Blandón.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Siempre renuncias, Benedicto



Queridos hermanos:

El artículo a continuación me llegó del correo de una hermana de mi pequeña comunidad Pan de Vida de la parroquia Nuestra Señora de las lomas en Envigado, Colombia. Investigué su procedencia y corresponde a un blog que parece tener por título Aquí estoy OEHD. No pude saber más del mencionado blog. Lo transcribo porque lo allí expuesto en nada contradice mi pensamiento al respecto.


La verdadera causa de la renuncia del papa

Tengo 23 años y aún no entiendo muchas cosas. Y hay muchas cosas que no se pueden entender a las 8:00 a. m. cuando te hablan para decirte escuetamente:

—Daniel, el papa dimitió.

—¿Dimitió? —contesté apresurada-mente.

—O sea, renunció, ¡Daniel, el papa renunció!—la respuesta era más que obvia.

El papa renunció. Así amanecerán sin fin de periódicos mañanas, así amaneció el día para la mayoría, así de rápido perdieron la fe unos cuantos y otros muchos la reforzaron. Y que renunciara, es de esas cosas, que no se entienden.

Yo soy católico. Uno de tantos. De esos que durante su infancia fueron llevados a misa, luego crecieron y les agarró apatía.

En algún punto me llevé de la calle todas mis creencias y la Iglesia de paso. Pero la Iglesia no está para ser llevada ni por mí, ni por nadie (ni por el papa). En algún punto de mi vida, le volví a agarrar cariño a mi parte espiritual (muy de la mano con lo que conlleva enamorarse de la chavita que va a misa, y dos extraordinarios guías llamados padres), y así de banal, y así de sencillo, recontinué un camino en el que hoy digo:

—Yo soy católico.

Uno de muchos, si, pero católico al fin. Pero así sea un doctor en teología, o un analfabeta de las escrituras (de esos que hay millones), lo que todo mundo sabe es que el papa es el papa. Odiado, amado, objeto de burlas y de oraciones, el papa es el papa, y el papa se muere siendo papa. Por eso hoy cuando amanecí con la noticia, yo, al igual que millones de seres humano…, nos preguntamos ¿por qué? ¿Por qué renuncia señor Ratzinger? ¿Le entró el miedo? ¿Se lo comió la edad? ¿Perdió la fe? ¿La ganó? Y hoy, después de doce horas, creo que encontré la respuesta:

—El señor Ratzinger, ha renunciado toda su vida.

Así de sencillo.

El papa renunció a una vida normal. Renunció a tener una esposa. Renunció a tener hijos. Renunció a ganar un sueldo. Renunció a la mediocridad. Renunció a las horas de sueño, por las horas de estudio. Renunció a ser un cura más, pero también renunció a ser un cura especial. Renunció a llenar su cabeza de Mozart, para llenarla de teología. Renunció a llorar en los brazos de sus padres. Renunció a teniendo 85 años, estar jubilado, disfrutando sus nietos en la comodidad de su hogar y el calor de una fogata. Renunció a disfrutar su país. Renunció a tomarse días libres. Renunció a su vanidad. Renunció a defenderse contra los que lo atacaban. Vaya, me queda claro, que el papa fue un tipo apegado a la renuncia.

Y hoy, me lo vuelve a demostrar. Un papa que renuncia a su pontificado cuando sabe que la Iglesia no está en sus manos, sino en la de algo o alguien mayor, me parece un papa sabio. Nadie es más grande que la Iglesia. Ni el papa, ni sus sacerdotes, ni sus laicos, ni los casos de pederastia, ni los casos de misericordia. Nadie es más que ella. Pero ser papa a estas alturas del mundo, es un acto de heroísmo (de esos que se hacen a diario en mi país y nadie nota). Recuerdo sin duda, las historias del primer papa. Un tal… Pedro. ¿Cómo murió? Si, en una cruz, crucificado igual que a su maestro, pero de cabeza abajo. Hoy en día, Ratzinger se despide igual: Crucificado por los medios de comunicación, crucificado por la opinión pública y crucificado por sus mismos hermanos católicos. Crucificado a la sombra de alguien más carismático. Crucificado en la humildad, esa que duele tanto entender. Es un mártir contemporáneo, de esos a los que se les pueden inventar historias, a esos de los que se les puede calumniar, a esos de los que se les puede acusar, y no responde. Y cuando responde, lo único que hace es pedir perdón: «Pido perdón por mis defectos’. Ni más, ni menos. Qué pantalones, que clase de ser humano. Podría yo ser un mormón, un ateo, un homosexual o un abortista, pero ver a un tipo, del que se dicen tantas cosas, del que se burla tanta gente, y que responda así.., ese tipo de personas, ya no se ven en nuestro mundo.

Vivo en un mundo donde es chistoso burlarse del papa, pero pecado mortal burlarse de un homosexual (y además ser tachado de paso como mocho, intolerante, fascista, derechista y nazi). Vivo en un mundo donde la hipocresía alimenta las almas de todos nosotros. Donde podemos juzgar a un tipo de 85 años que quiere lo mejor para la institución que representa, pero le damos con todo porque «¿con qué derecho renuncia?». Claro, porque en el mundo nadie renuncia a nada. A nadie le da flojera ir a la escuela. A nadie le da flojera ir a trabajar. Vivo en un mundo donde todos los señores de 85 años están activos y trabajando (sin ganar dinero) y ayudan a las masas. Si, claro.

Pues ahora sé, señor Ratzinger, que vivo en un mundo que lo va a extrañar. En un mundo que no leyó sus libros ni sus encíclicas, pero que en cincuenta años recordará cómo, con un simple gesto de humildad, un hombre fue papa, y cuando vio que había algo mejor en el horizonte, decidió apartarse por amor a su Iglesia. Va a morir tranquilo, señor Ratzinger. Sin homenajes pomposos, sin un cuerpo exhibido en San Pedro, sin miles llorándole aguardando a que la luz de su cuarto sea apagada. Va a morir, como vivió aún siendo Papa: humilde.

Benedicto XVI, muchas gracias por renunciar.

Sólo quiero pedir mi más humilde y sincera disculpa, si alguien se sintió ofendido o insultado con mi artículo. Considero a cada uno (mormones, homosexuales, ateos y abortistas) como un hermano mío, ni más, ni menos. Sonrían, que vale la pena ser feliz.

sábado, 9 de febrero de 2013

Presencia y pensamiento

Saludo y motivación

Queridos hermanos en Cristo Jesús

Con la apertura de mi cuarto blog haré una presencia en el pensamiento católico en comunión con la Iglesia de Cristo.

Este blog no fue ideado, por mí, pues ya bastante trabajo tengo con tres blogs anteriores en los que no he ocultado mi condición de creyente y practicante de la religión católica que me glorío de profesar, como con frecuencia lo he confesado en la Eucaristía.

Mi primer blog, El blog de don Abel, está dedicado al buen uso de la Gramática española, materia en la que he cumplido 21 años como columnista de corrección idiomática en tres diarios de mi país. El Espectador (Bogotá), El Diario del Otún (Pereira) y El Colombiano (Medellín). Actualmente sólo escribo en los dos primeros. En este blog inicié hace más de un año una sección llamada Calixto solicitada en vida por el padre Gustavo Vélez Calixto (q. e. p. d.), pero que sólo pude cumplírsela dos años después de su muerte. Esta sección se dedica a los errores de las homilías y de los escritos religiosos.

El segundo Blog, Los Gavirias de Sopetrán, está dedicado a todo lo relacionado con el pueblo donde nací, Sopetrán.

El tercero, Blog Mariano, como su nombre lo indica es un blog dedicado a la devoción mariana.

¿Para qué un cuarto blog, entonces, que parece dedicado a la Apologética según se puede entrever en el primer párrafo de este saludo? No lo sé y mucho menos teniendo en cuenta que no soy teólogo, como tampoco sé por qué abrí un blog mariano sin ser mariólogo. De una cosa estoy convencido: no soy yo quien ha decidido estos dos blogs.

Existe desde hace once años y medio un grupo virtual, Cristo amigo, del cual hablaremos después, que se dedica a la intercomunicación interpersonal de creyentes del mundo entero. Uno de sus miembros, Gustavo Otero, es una persona muy preocupada por la defensa de la Fe. Hablamos con frecuencia de lo que falla en nuestras prácticas religiosas.

El pasado 3 de diciembre en mi columna semanal Gazapera de El Espectador hablé sobre la desinformación ocasionada a unas palabras de Joseph Ratzinger en su libro La infancia de Jesús, Gustavo leyó la columna y me llamó para felicitarme e insinuarme que aprovechara la facilidad de palabra para un blog católico.

—ya tengo el Blog Mariano y la sección Calixto del Blog de don Abel. —le dije.

—Esos —me dijo— son blogs devocionales y se necesita un blog de opinión.

Esas palabra sonaron como una orden y así las entendí:

La orden la recibía a través de Gustavo.

Han pasado dos meses y medio y no había empezado a cumplir la orden. La semana pasada, en una charla personal con un joven universitario, miembro de Cristo amigo, Carlos Vélez, entendí que el blog sería apologético y que nunca se debería confundir con un foro.

La invitación es entonces para que envíen aportes en ese sentido a este blog.

Como la inspiración de Gustavo salió de la columna Gazapera del 3 de diciembre. Me parece oportuno transcribirla en esta primera entrada de Presencia y Pensamiento.

Espero que Gustavo, que hoy recibió el Sacramento del Matrimonio, acepte esta primera entrada del blog como regalo de Bodas

Gabriel Escobar Gaviria

tiromalo@gmail.com


Gazapera Sófocles

Lo que el papa no dijo

«El papa: Jesús nació de una virgen y en el portal no estaban el buey y el Asno». Juan Lara, título de una noticia en Yahoo, 12-11-20.

«¿Es cierto que el papa nos prohibió cantar El burrito sabanero en la novena?». Pregunta de una señora a mi amiga Beatriz Loaiza (12-11-28).

Entre la primera cita y la segunda  hay  una polémica, o mejor, una campaña de desinformación lamentable en extremo. Se trataba de dar a conocer libro La infancia de Jesús del escritor alemán Joseph Ratzinger. Los periodistas tienen dos herramientas para lograr que sus artículos noticiosos sean leídos: el título y el gancho. En el primero ponen las ideas que creen principales, y en el segundo, sus apreciaciones personales acerca de lo expresado en el título. Ambas técnicas sirven para lo que significa la segunda.

El periodista de Efe, para su título, escogió una idea muy científica y otra muy popular; con ellas aseguraba lectores de diferentes niveles culturales. Cada idea tuvo hinchada propia. Sin embargo, por la del nacimiento virginal nadie dijo ni mu: se trata de un artículo de fe que compartimos los que la profesamos. Pero por lo del burro y el buey, ¡Santo Dios! ¡Qué fue aquello?

Resulta que Ratzinger ocupa un cargo importantísimo dentro del credo cristiano: es el papa. Los desinformados, con intención o si ella, confunden lo que hace el escritor con lo que hace el papa. Desde el mismo día en que salió el artículo de Efe, van y vienen insultos contra Benedicto XVI por algo que Ratzinger no dijo ni tiene poder para decirlo: «Prohíbense el burro y el buey en los pesebres católicos». Ese poder lo tiene el papa, pero tampoco lo ha dicho ni lo dirá, porque, aunque los epítetos escuchados opinen lo contrario, es una de las personas más sabias y más sensatas que la humanidad tiene hoy en día, sabiduría y sensatez que comparte con el escritor Ratzinger cuyo análisis sobre la existencia del par de animalitos termina con estas palabras: «Ninguna representación del nacimiento renunciará al buey y al asno». (La infancia de Jesús, pág. 76).

Laus Deo Virginique Matri