lunes, 25 de marzo de 2013

Saludito dominical 181


Ernesto Blandón Rey
Docente del Colegio de la Universidad Pontificia Bolivariana
Nos preparamos para algo, por eso hacemos lo que hacemos, pero el sello del tiempo dice que todo camina hacia un acabamiento, es la tragedia de la cual se quiere escapar con unturas de diverso tipo, sin embargo,  el acoso de lo evidente es imparable, la muerte está ahí, como impotencia de ser, en ese acoso por vivir atrapando y consumiendo posibilidades, a costo de serios desafueros e injusticias, como forma de dominar la muerte y disuadir el sufrimiento. En este marco humano se entra en los preparativos que San Lucas hace referencia: «id y preparadnos la Pascua para que la comamos» Es algo diferente, un momento de la histori de la humanidad y de cada hombre de especial significado, Jesús a lo largo de su vida se ha preparado para entregar su vida, por eso dice: «Con ansia he deseado comer esta Pascua con vosotros» como un acontecimiento  en la vida de los hombres, tiene poder transformador, genera un cambio de dirección, al sentarse en la mesa y decir mostrando el pan «Este es mi cuerpo que se entrega por vosotros» En el marco de la debilidad humana se hace débil por nosotros para hacernos fuertes en su entrega, la cruz fue testigo de amor tan grande, sin límite, reconciliando al hombre con Dios; aniquilando en su muerte el miedo a causa del pecado. Jesús lee el corazón de los hombres, no juzga a nadie, tampoco lo excluye «a toda la Tierra llega su voz hasta los límites del orbe su lenguaje” Prepararnos para la entrega de Jesús es una condición para acogerlo «¿qué debemos hacer?» Su presencia la evidencia, nuestro cansancio lo confirma, la arrogancia y las injusticias cometidas son el sello de que algo anda mal; tomar conciencia de la propia realidad, de lo que somos e identifica nos hacen necesitados del amor que Jesús nos ofrece, el que nos entrega en su cuerpo. En su ser tiene el sello del amor de Dios Padre.
Jesús nos invita a estar con él, en el salón dispuesto para la fiesta del amor, celebremos con él, la victoria sobre nuestros egoísmos, al despertar en nosotros el deseo de hacer lo mismo, encontrando así nuestra verdadera condición de humanidad
Hagamos de este Saludito una cadena de oración por quienes padecen un sufrimiento. Algunos destinatarios, han dado a conocer necesidades apremiantes que ponemos en las manos de Dios para que los llene de fortaleza, anime y si es su voluntad sean curados de sus enfermedades.
El rezo de mil Padresnuestros por la salud de los que padecen cáncer, tú rezas sólo uno y pasas el mensaje a otros para que sigamos rezando. Pásalo, por favor. – Petición de nuestro amigo Ángel Santacoloma Luis Alfonso
Un abrazo
PAZ y BIEN en el Señor Jesús.
Ernesto Blandón Rey / Docente del Colegio de la UPB
Comparto con ustedes mi poemario TE VI PASAR que se encuentra en las librerías de los Paulinos.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Saludito dominical 180


Ernesto Blandón Rey
Docente del Colegio de la Universidad Pontificia Bolivariana

Poco a poco Nuestro Señor Jesús nos lleva a la Pascua. Se había retirado a orar, acudía constantemente a ello, sobre todo porque veía que una realidad supremamente difícil lo esperaba. Aquella mujer que le llevan para apedrearla, lo dice todo. A la pregunta acusativa de los escribas y fariseos, su silencio es lo que se escucha, no hay respuesta alguna; lo observan detenidamente esperando alguna palabra para irse en su contra. Escribe con su dedo en la arena, en una comunicación inesperada pero llena de significado, viniendo a la memoria «el favor de Dios» que en su persona se hace presente. Ante la insistencia de una respuesta y la incomprensión del gesto realizado, escucharon de sus labios: «El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra». La escena tuvo un giro que hizo que de acusadores pasaran a ser seres en retirada, a la espera de otra oportunidad, cambio interesante, antropológico si se quiere, en cuanto pone sobre el tapete una actitud muy humana, no son los acusadores los más limpios de corazón. Así lo vivieron quienes allí estaban, sobre todo los más ancianos.
Había que recordar las Escrituras por eso volvió a lo de antes, la arena era un instrumento para hacer memoria «pondré mi ley en sus corazones y haré que caminéis según mis preceptos» Nuestro Señor de repente se ve solo ante el dolor de quien temía por su vida, no venía a quitarla sino a darla y en abundancia, por eso la acogía y le dio lo que la animaría: el perdón «Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más».
Jesús ora, dialoga constantemente con su Padre, sabe que no es aceptado por muchos y que por lo que dice y hace , lo buscan para matarlo. La cruz lo espera, no solo eso, la corona de espinas, la flagelación, pero es allí donde confiesa el amor por la humanidad «Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen» ha dicho en un grito suplicante
El Señor Jesús nos espera con los brazos abiertos, durante estos días; vivamos de su amor, su perdón anima nuestro ser a la vida. Es el amor que esperamos y que tanto buscamos.
Hagamos de este Saludito una cadena de oración por quienes padecen un sufrimiento. Algunos destinatarios, han dado a conocer necesidades apremiantes que ponemos en las manos de Dios para que los llene de fortaleza, anime y si es su voluntad sean curados de sus enfermedades.
El rezo de mil Padresnuestros por la salud de los que padecen cáncer, tú rezas sólo uno y pasas el mensaje a otros para que sigamos rezando. Pásalo, por favor. Petición de nuestro amigo Ángel Santacoloma Luis Alfonso
Un abrazo
PAZ y BIEN en el Señor Jesús.
Ernesto Blandón Rey. Docente del Colegio de la UPB

Comparto con ustedes mi poemario TE VI PASAR que se encuentra en las librerías de los Paulinos 

martes, 19 de marzo de 2013

Tu es Petrus


Bergoglio

Me estaba demorando para hacer presencia con mi pensamiento y ordenaba ideas de lo que todos los católicos hemos expresado acerca del regalo que el Espíritu santo nos hizo hace una semana. En esas estaba cuando recibí la expresión de júbilo de un hermano argentino miembro del grupo virtual Cristo amigo, es la alegría de una familia argentina que nos comparte su experiencia y su cercanía con Jorge Mario Bergoglio cuando era cardenal y que seguirá ahora que es papa. Tomé su mensaje del grupo y sin pedirle permiso lo anexo en este blog de Presencia y Pensamiento. Me abstuve de contestarle en el grupo porque espero darle la sorpresa de mostrarle cuánto me gustó conocer su alegría y la de su familia al sentirse tan cerca del timonel de la Nave de San Pedro. Los derechos de autor se los compenso en oraciones para que el Señor derrame bendiciones sobre la República Argentina y las derrame abundantes para que alcancen para el continente completo que necesitado de ellas está.

From: Raúl Alejandro Clavijo <raclavijo@gmail.com>
Date: Fri, 15 Mar 2013 16:42:17

Subject: [Cristo amigo] «¡Tenemos Pedro!»... Nuestro Francisco.

Queridos Hermanos en Xto.:

Antier estaba con mi mujer, Teresa, midiendo unos terrenos en la localidad de Olivos, una zona en el gran Buenos Aires, a minutos no más de la Capital Federal de Argentina...

Mientras medía, mi teléfono empezó a recibir uno tras otro mensajitos de mi Chat Familiar:

—¡Tenemos papa! —mi hijo José, mandaba desde el laboratorio de Facultad de Agronomía.

—¡Tenemos papa! —mi hijo Bernardo desde Norwich, U. K., Inglaterra.

—¡Tenemos papa! —mi hijo Martín, desde el Seminario Metropolitano.

—¡Tenemos papa! —Agustina, la novia de José, viendo la tele desde su casa.

—¡Tenemos papa! —mi hijo Javier, desde su computadora, mientras calculaba y dibujaba un plano.

Yo estaba con el teodolito apuntando el prisma que tenía Teresa en la otra punta, allá lejos, casi a doscientos  metros de distancia..., a ella también le habían llegado los mensajitos de texto y los había leido...

—Raúl, tenemos papa —Teresa me gritaba por el Handy.

—¿Quién es? —le pregunté por la radio.

—No sé, pero los chicos están como locos mandándonos mensajitos al chat.

—Sí, sí, ya los leí también —seguíamos por la radio.

Agustina, la novia de José, era la única prendida al televisor, ya que estaba en su casa, y nos iba mensajeando lo que veía en el noticiero.

—¿Quien es? —pregunté, y empezó a ser el mensaje único en nuestro chat.

Toda la expectativa familiar estaba concentrada en lo que nos compartía en el chat, Agustina.

—¡Se escucha el himno de Italia! —En el mensaje se notaba el entusiasmo de Agustina.

—¡Buh, buh, es Tano! —contesté, embromándola porque ella es descendiente de italianos.

—Todavía no sale —aviso de agustina.

—¡Debe ser gordo, no lo pueden vestir, por eso tarda tanto en salir! —el mensajito de Bernardo en U. K., tratando de cortar la ansiedad.

El baldazo de agua fría, de la renuncia del admirado Benedicto XVI, nos afectó mucho a todos en casa, y el cónclave centró nuestras misas y plegarias de todo el mes.

—¡Ay!, ¡que salga!, ¡que salga! —Agustina, mensajito prendida a la tele, ya sin uñas, supongo.

—¡Sí, es gordo y viejito, por eso tarda, camina despacio...! —Bernardo más ansioso que antes tratando distender un poco otra vez desde U. K.

—¡Chito!, más respeto por el papa... —mensajito de Agustina.

—¡Dale, Martín, confesá quién es!... —mensajito de José, reclamándole al seminarista—, ¡ja!

—¡ja, ja, ja! —me reí. Ya había dejado la medición y estaba como loco mirando los mensajitos y metido en el chat.

—¡Agustina...!, ¿quién es?, ¿no ha aparecido? —nuevo mensaje mío, muy impaciente...

—¡Raúl, Raúl, Raúl!.... —Teresa por la radio...

—¿Qué pasa? —le pregunté.

—¿Ya me mediste?..., me tenés acá parada..., pará con los mensajitos.
Yo estaba parado con mi teodolito laser en la intersección de avenida del Libertador y de la calle Roma..., la pobre Teresa en la intersección de calle Roma y la calle Espora esperando inútilmente que midiera esa calle... Pero yo estaban en Roma, física y espiritualmente.

Y no miento por lo de «física», por esas casualidades medíamos en calle Roma..., ¡sí, señor!..., podré embromar con eso a mis amigos, cuando eligieron papa a Bergoglio, Tere y yo estábamos en Roma, ¡ja, ja, ja!

—¡Ya sale!, ¡qué emoción!, ¡ay!, ¡que se apure!, me tengo que ir a la Facultad, me lo voy a perder —Agustina no daba más....

—¡Sal de ahi, papita, papita…! —Agustina de nuevo...

—¡Ahí va...! —Agustina de nuevo...

—¡Es Bergoglio! —Agustina de nuevo...

¡Qué silencio de Chat!, nos quedamos todos helados.....

—¿Quién es?!.... —Yo, que no podía creer

—¡Bergoglio! —Bernardo desde U. K.

—¡Fah! —Bernardo de nuevo desde U. K.

—¡Che..!, ¿me están jodiendo? —yo, más incrédulo todavía....

—¡Es Jorge Mario! —Javier desde su compu saltando de alegría, lo estaba viendo por internet.

—¿Qué! —José..., otro incrédulo.

—¡Fah! —Bernardo de nuevo desde U. K. también saltando en Inglaterra.

—¡Me estás Jodiendo? —José..., más incrédulo todavía.

- ¡Qué increible!, ¡che, ahora tenemos línea directa con el Papa!... —Bernardo saltando más todavía en U.K.)

—¡Zarpado! —José que cae en la cuenta, después de conectarse por internet con un noticiero en la red....

—¡Increible, José!, ¡a tocar la guitarra a Roma!.... —Bernardo, haciéndole una broma por la última Misa Arquidiocesana de Niños, celebrada por Bergoglio en un estadio de futbol, donde José y Javier participaron del coro)

—¡Fah!..., ¡Bergoglio! ... —Martín desde el Seminario ...., allí era una mezcla total de incredulidad, vértigo, asombro, y, finalmente, gritos, emoción, abrazos, etc.... todo mezclado, los superiores y los seminaristas.

—¡Che!..., ¡No lo vas a poder imitar más!... —Bernardo embromándolo a Martín, por sus imitaciones "muy exactas del cardenal.

El chat siguió al «rojo vivo» un rato más.

Con Teresa nos quedamos literalmente «helados».

Enseguida entramos en la cuenta de la enormidad de lo acontecido, Dios había elegido uno de los nuestros para comandar su barca.

El último Corpus, celebrado desde el atrio de la catedral, lo habíamos visto al cardenal muy cansado...

Yo había tenido después una pesadilla de esas todas mezcladas, donde aparecen personas que no tienen nada que ver unas con otras, y apareció también en el sueño monseñor Bergoglio que me decía:

—... no te preocupes, yo duermo quince segundos y se me pasa...

Me quedé muy impresionado después de ese sueño, y lo tomé como una señal, y le empecé a pedir todos los días a Dios que le diera "el retiro a nuestro cardenal, que estaba viejito y cansado...., ¡ja, ja!, no me escuchó.

¡Qué mezcla de sentimientos increíbles!.

Queremos profundamente a nuestro obispo. Y motivos personales no nos faltan.

Lo hemos saludado personalmente en muchas ocasiones desde que Martín entró al Seminario Diocesano de Buenos Aires.

El año pasado, antes de la Misa de Navidad, tanto insistí a Martín, que finalmente se animó a preguntarle al cardenal si podíamos saludarlo (¡qué cholulo! el que suscribe) , y por supuesto que aceptó, y mi hijo me llevó a la sacristía de la catedral, y allí Bergoglio me bendijo una bolsa de rosarios que habíamos hecho para regalar a mis familiares en Nochebuena, nos mandó la bendición para todos. Quedé muy bien esa Nochebuena regalando mis rosarios benditos por el cardenal.

Otra vez lo cruzamos en el Aeropuerto de Ezeiza. Él solo despidiendo al obispo de Quebec, Canadá (según nos contó). Me acerqué corriendo a saludarlo (con toda mi cholulez)... ¡y me reconoció!..., y después nos saludó cariñosamente a mi mujer y a mí que habíamos ido a despedir a Martín que partía rumbo a la "Jornada Mundial de la Juventud en Madrid.

Cuando lo vio a Martín le preguntó:

—¿Qué hacés acá?"....

Y en broma:

—¿Tenés permiso de tus superiores? —Se lo había extendido él, para acompañar a un grupo grande de jóvenes de la parroquia donde estaba haciendo un año de vida pastoral.

Después, cada vez que lo ha cruzado a Martín, uno más... en el Seminario o en celebraciones en la Catedral, le preguntó por nosotros y nos mandó sus saludos especiales.

Y la última experiencia con él, fue en la Misa de admisión de Martín, el año pasado, donde también recibió de sus manos la orden menor del Lectorado. Nos acercamos a comulgar y de casualidad nos tocó la fila donde él daba la Comunión, después de darnos a Jesús nos hizo un gesto de saludo y nos dijo muy bajito:

—Recen por mí...

Volvimos a nuestro lugar muy conmovidos...

Martín después nos preguntó:

—¿Qué tienen ustedes con el cardenal?, siempre me pregunta y les manda saludos especiales...

La verdad pura y llana no tenemos nada con el Cardenal, más allá de haberle pedido la bendición de esos rosarios y haberlo cruzado una vez en el aeropuerto. ¡A cuántos miles de miles habrá visto, bendecido, y saludado!
Podrán decirnos que es porque somos papás de uno de sus seminaristas..., pero ¿saben a cuántos papás de seminaristas y de monjas y de religiosos habrá visto y saludado en todos estos años pastoreando nuestra inmensa diócesis?, apenas si tenemos  doscientas parroquias, son cuatro los obispos auxiliares para atender nuestra diócesis, y además él era primado de la Argentina...

Así y todo se acordó siempre de nosotros y nos hizo algún gesto, a dos «nadies» de su rebaño, a dos ovejitas perdidas en el montón...

Ese es nuestro pastor!, y ahora el de toda la Iglesia.

Se lo compartimos, y les imploro, como él mismo nos pidió, y como pidió en su primer contacto con el pueblo de Roma: Recen por él, y no se asusten cuando lo oigan hablar muy bajito, es así, creo que sufrió una seria enfermedad pulmonar, y recita las oraciones de la misa casi que no se le escucha, pero su energía va por otra parte.

Es sencillo y humilde, verdaderamente tan sencillo y tan humilde como ahora lo han descrito los medios de comunicación, y es la verdad, somos testigos: siempre de a pie, en bus y en metro, nuestro Francisco, metiéndose solo y en silencio en los barrios de emergencia, sin hacer alharacas, a lo Madre Teresa, poniendo la cara por los más necesitados y denunciando desde su cátedra la desatención y el uso que hacen de la pobreza y de la miseria nuestros gobernantes. Cargando en sus espaldas la peor mala voluntad y mala leche de nuestros actuales presidentes y ministros, que lo declararon su enemigo mortal (¡ja, ja!, y ahora ya lo han tildado de Papa opositor, y hasta promovieron y votaron la ley de matrimonio gay: "para torcerle la mano a la Iglesia y a Bergoglio"...

Sí, acá no fue nunca amigo del poder.

Bien, no los entretengo más, les compartí nuestros sentimientos, puras pavadas como el chat que quedó grabado en mi celular, y de cómo de en medio de las cosas cotidianas, pasa que Dios de repente saca un santo para su servicio, que venía caminando junto a nosotros y casi no lo reconocíamos...

De acostumbrados que estábamos: ¡qué poco lo apreciabamos!..., nadie es profeta en su tierra.



¡Y ahora es papa !.

¡Nuestro Francisco !

En Jesús, María y José.

Raúl Clavijo.
Buenos Aires, Argentina.

domingo, 10 de marzo de 2013

Veni, Creator Spiritus, mentes tuorum visita



Queridos hermanos:

Hace un mes que el expapa Benedicto XVI anunció su retiro a causa de la enfermedad. Llevamos un mes en el que periodistas extranjeros y nacionales han tratado de manejar la Iglesia Cada uno a su manera.

No pretendo en momento alguno convertirme en juez de las necesidades expresadas por cada quien.

Algunos han destacado las rivalidades humanas entre miembros de la curia y han querido mostrar, según sus criterios un ala mala y una buena. Han dado en satanizar nombres sin derrotarlos en juicio y parece que esos nombres vienen marcados desde el día en que se aterraron del nombramiento de Benedicto.

Durante todo el tiempo de su mandato estuvieron en contra de un papa al que matricularon de Nazi desde el principio, porque localizaron una fotografía de un soldado de 19 años que pagaba su servicio militar obligatorio al ejército de su país, cuyo comandante era Hittler. Ese joven era de apellido Ratzinger.

De ahí en adelante todo lo que pensara o hiciera el papa era tratado como parte de una filosofía retrógrada. Impulsó el latín no para dar marcha atrás como algunos pensaron, sino porque la historia de la Iglesia escrita en latín ya nadie la leía. Diluyó dos cismas, uno de treinta y siete años y otro de medio milenio, a cuyos miembros les dejó las puertas abiertas para su regreso lo que han venido haciendo casi desde el principio de su papado.

Estas cosas no se han mencionado ni se mencionan como programas que debe seguir el siguiente papa.

Sólo se oye que la Iglesia debe mirar las necesidades de sus fieles. Necesidades que para ellos consisten en permitir el divorcio, el aborto, la eutanasia, los matrimonios homosexuales. Cuándo se darán cuenta estos consejeros de que esas cosas son inmodificables como inmodificable es la ley de Dios.

Auguran que la Iglesia está condenada a desaparecer sin esas innovaciones, pero olvidan que su fundador el día que nombró el primer papa aseguró que las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.

Que estos pensamientos sencillos los tengamos mañana cuando los cardenales entren a la Capilla Sixtina de la que saldrán obedeciéndole al nuevo sucesor de Pedro.

Gabriel Escobar Gaviria

Deus, qui corda fidelium Sancti Spiritus illustatione docuisti: da nobis in eodem Spiritu recta sapere et de ejus Semper consolatione gaudere.

Saludito dominical 179


Ernesto Blandón Rey
Docente del Colegio de la Universidad Pontificia Bolivariana.

De regreso al encuentro con Nuestro Señor Jesús, lo hacemos desde una condición que se quiere desoír pero que permanece como una realidad de vida: «somos pródigos» en la condición de quien desperdicia bienes en cosas inútiles, especialmente cuando son ajenos. Encontrarnos, con esta realidad, evidencia una tendencia que nos acosa, la exigencia de las propias pertenencias para hacer la propia vida, desligarse para ser, sin ningún problema de conciencia, sobre todo cuando es el Padre su depositario; vivir en su entorno frena hacer lo que se quiere por eso el recurso es apartarse. El relato es particularmente rico, explicativo, en esa confrontación que le hacen a Jesús Nuestro Señor los publicanos y los fariseos al criticarlo porque «acoge a los pecadores y come con ellos»
El hecho significativo radica en la experiencia de «gastarlo todo»: los bienes de casa, la herencia paterna, hasta llegar a la condición no de quien se retira,  sino de quien es retirado, apartado del medio «nadie le daba de comer». Es precisamente esta condición la que le permite aceptar que la verdadera pobreza es estar fuera de la casa de su Padre «Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan» ese todo al que se ha renunciado, certeza de un amor sin límites ante una presunción limitada por los propios deseos e impulsos y la desazón de haberlo perdido todo. Volver, retornar se transforma en un llamada a la vida que al considerarlo en esa situación límite, anima a salir de sí para ir el encuentro de quien se ha dejado. Es la misma la situación del hermano mayor, quedándose en casa, no ha disfrutado de su estadía, ha vivido como un extraño.
Jesús ha venido para hacer con nosotros ese camino de retorno al Padre que hemos abandonado por otro sumamente frágil y limitado «don dinero». La ambición por tenerlo ha llevado a la humanidad a un caos que supera todo límite. La familia se centra en él, como el todo, abandonando el valor de los encuentros y la riqueza de la Vida que se dona generosamente. Las relaciones humanas tienen este signo por eso son insostenibles; se viven con la preocupación de perderlo. Jesús en su leguaje de amor, habla de perdón, su presencia lo confirma. Su preocupación mayor es el hombre sufriente, alienado, engañado, todos de una o de otra forma lo somos. La vía del retorno es constante, de todos los días, escuchemos su llamado y vallamos a él, para que tocados por su amor, vivamos la relación con los otros como hijos de Dios y no otra cosa.
Hagamos de este “Saludito” una cadena de oración por quienes padecen un sufrimiento. Algunos destinatarios, han dado a conocer necesidades apremiantes que ponemos en las manos de Dios para que los llene de fortaleza, anime y si es su voluntad sean curados de sus enfermedades.
El rezo de mil Padrenuestros por la salud de los que padecen cáncer, tú rezas sólo uno y pasas el mensaje a otros para que sigamos rezando. Pásalo, por favor. – Petición de nuestro amigo Ángel Santacoloma Luis Alfonso
Un abrazo 
PAZ y BIEN en el Señor Jesús.
Ernesto B. / Docente del Colegio de la UPB

Comparto con ustedes mi poemario TE VI PASAR que se encuentra en las librerías de los Paulinos 

domingo, 3 de marzo de 2013

Saludito dominical 178


Por Ernesto Blandón Rey
Docente del Colegio de la Universidad Pontificia Bolivariana

Por gracia de Dios nuevamente nos encontramos para reflexionar juntos sobre su Palabra y sacar de ella la riqueza que anima nuestra vida.
Los males del mundo nos aquejan, a unos más que otros, lo constatamos en nuestro tiempo cuando somos testigos del sufrimiento de tantas personas causado y padecido a la vez por la condición humana o la injusticia de los actos propios o de los ajenos. Sometidos a tal realidad se busca evitarla por todos los medios, pero permanece igualmente desvelando nuestra impotencia. Nada hay más trágico que la propia culpa, sobre todo cuando se es religioso y se piensa en castigos divinos exonerándose por no padecer de los mismos males.

«Si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera», dijo Jesús a quienes comentaban como curiosos los últimos sucesos. El mal tiene una causa, es verdad, pero esta se ahonda en el corazón del hombre, allí está el origen y de él salen los males que nos aquejan, luego la recuperación de la dimensión perdida propia de nuestra esencia, que es el amor por el cual hemos sido creados, pide encontrarse «conversión» mirando a Cristo, escuchando sus palabras, viviendo de lo que nos trae con sus acciones, pues «pasó haciendo el bien». Es Él quien cava en nuestro ser para sembrar la semilla que es Él mismo, la cuida, cuidándonos; redireccionando nuestro caminar, nos muestra el camino.

«Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas». Le insisten los discípulos sabedores de que es rico en misericordia, es el más interesado en que dé frutos de amor. El tiempo de Dios está lleno de paciencia, nos sabe esperar, siendo Él mismo quien nos hace crecer; lo hace todo porque es conocedor de nuestras torpezas, pero su amor que se nos entrega.

Convertirse es tener como referencia en la vida a Jesucristo Nuestro Señor, vivir de lo que nos trae: la vida en su esplendor, el amor en su grandeza, la verdad en su magnanimidad. Son los frutos que como cosecha es esperan y que la humanidad en su impotencia reclama.
Hagamos de este“Saludito” una cadena de oración por quienes padecen un sufrimiento. Algunos destinatarios, han dado a conocer necesidades apremiantes que ponemos en las manos de Dios para que los llene de fortaleza, los anime y si es su voluntad sean curados de sus enfermedades.
El rezo de mil Padres Nuestros por la salud de los que padecen cáncer, tú rezas sólo uno y pasas el mensaje a otros para que sigamos rezando. Pásalo, por favor. —Petición de nuestro amigo Ángel Santacoloma Luis Alfonso.
Un abrazo
Ilustración: Todo es Gracia
PAZ y BIEN en el Señor Jesús.
Ernesto B. / Docente del Colegio de la UPB

Comparto con ustedes mi poemario TE VI PASAR que se encuentra en las librerías de los Paulinos