lunes, 15 de junio de 2015

Santo, ‘reservado de Dios’

Esta definición es la que más me gusta, esto es, el santo es persona de Dios, persona intima de Dios, de su circulo... ¿Qué más se puede pedir?

Amor con amor se paga, y Dios no se deja ganar  nunca, y a quien ama Él ama más, y esto llevado al infinito.

Por eso abunda la gracia hacia estas personas que aman, para que puedan amar más, para que su entrega sea cada vez mayor y absoluta al amor, y Dios es amor.

Lejos de Dios no hay santidad porque Él es la fuente del amor, y sin amor no somos nada.

El santo en definitiva es «amor al Amor», es cosa suya, es reservado de Dios....

¡Ja!, y volví a donde empecé.

Lo que más me gusta de esto, es que deja la iniciativa a Dios, y ponemos al santo en su verdadera dimensión, que es ser «respuesta fiel».

Eso es lo.que nos toca: ser respuesta fiel al llamado del Amor.

Y ahí  está la Virgen: El «Sí» fiel y perfecto", la primera reservada, en cuerpo y alma en el cielo.

Pidámosle a Ella, que nos enseñe a ser respuesta fiel al Amor.

Para que la gracia del amor nos sobreabunde, y podamos llegar a ser reservados del Amor, es decir, santos.

En Jesús, Maria y José.

Raúl Clavijo.

Laus Deo Viginique Matri.


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