Esta definición es la que más me gusta, esto es, el santo es
persona de Dios, persona intima de Dios, de su circulo... ¿Qué más se puede
pedir?
Amor con amor se paga, y Dios no se deja ganar nunca, y a quien ama Él ama más, y esto
llevado al infinito.
Por eso abunda la gracia hacia estas personas que aman, para
que puedan amar más, para que su entrega sea cada vez mayor y absoluta al amor,
y Dios es amor.
Lejos de Dios no hay santidad porque Él es la fuente del
amor, y sin amor no somos nada.
El santo en definitiva es «amor al Amor», es cosa suya, es
reservado de Dios....
¡Ja!, y volví a donde empecé.
Lo que más me gusta de esto, es que deja la iniciativa a
Dios, y ponemos al santo en su verdadera dimensión, que es ser «respuesta fiel».
Eso es lo.que nos toca: ser respuesta fiel al llamado del
Amor.
Y ahí está la Virgen:
El «Sí» fiel y perfecto", la primera reservada, en cuerpo y alma en el
cielo.
Pidámosle a Ella, que nos enseñe a ser respuesta fiel al
Amor.
Para que la gracia del amor nos sobreabunde, y podamos
llegar a ser reservados del Amor, es decir, santos.
En Jesús, Maria y José.
Raúl Clavijo.
Laus Deo Viginique Matri.
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