domingo, 10 de marzo de 2013

Saludito dominical 179


Ernesto Blandón Rey
Docente del Colegio de la Universidad Pontificia Bolivariana.

De regreso al encuentro con Nuestro Señor Jesús, lo hacemos desde una condición que se quiere desoír pero que permanece como una realidad de vida: «somos pródigos» en la condición de quien desperdicia bienes en cosas inútiles, especialmente cuando son ajenos. Encontrarnos, con esta realidad, evidencia una tendencia que nos acosa, la exigencia de las propias pertenencias para hacer la propia vida, desligarse para ser, sin ningún problema de conciencia, sobre todo cuando es el Padre su depositario; vivir en su entorno frena hacer lo que se quiere por eso el recurso es apartarse. El relato es particularmente rico, explicativo, en esa confrontación que le hacen a Jesús Nuestro Señor los publicanos y los fariseos al criticarlo porque «acoge a los pecadores y come con ellos»
El hecho significativo radica en la experiencia de «gastarlo todo»: los bienes de casa, la herencia paterna, hasta llegar a la condición no de quien se retira,  sino de quien es retirado, apartado del medio «nadie le daba de comer». Es precisamente esta condición la que le permite aceptar que la verdadera pobreza es estar fuera de la casa de su Padre «Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan» ese todo al que se ha renunciado, certeza de un amor sin límites ante una presunción limitada por los propios deseos e impulsos y la desazón de haberlo perdido todo. Volver, retornar se transforma en un llamada a la vida que al considerarlo en esa situación límite, anima a salir de sí para ir el encuentro de quien se ha dejado. Es la misma la situación del hermano mayor, quedándose en casa, no ha disfrutado de su estadía, ha vivido como un extraño.
Jesús ha venido para hacer con nosotros ese camino de retorno al Padre que hemos abandonado por otro sumamente frágil y limitado «don dinero». La ambición por tenerlo ha llevado a la humanidad a un caos que supera todo límite. La familia se centra en él, como el todo, abandonando el valor de los encuentros y la riqueza de la Vida que se dona generosamente. Las relaciones humanas tienen este signo por eso son insostenibles; se viven con la preocupación de perderlo. Jesús en su leguaje de amor, habla de perdón, su presencia lo confirma. Su preocupación mayor es el hombre sufriente, alienado, engañado, todos de una o de otra forma lo somos. La vía del retorno es constante, de todos los días, escuchemos su llamado y vallamos a él, para que tocados por su amor, vivamos la relación con los otros como hijos de Dios y no otra cosa.
Hagamos de este “Saludito” una cadena de oración por quienes padecen un sufrimiento. Algunos destinatarios, han dado a conocer necesidades apremiantes que ponemos en las manos de Dios para que los llene de fortaleza, anime y si es su voluntad sean curados de sus enfermedades.
El rezo de mil Padrenuestros por la salud de los que padecen cáncer, tú rezas sólo uno y pasas el mensaje a otros para que sigamos rezando. Pásalo, por favor. – Petición de nuestro amigo Ángel Santacoloma Luis Alfonso
Un abrazo 
PAZ y BIEN en el Señor Jesús.
Ernesto B. / Docente del Colegio de la UPB

Comparto con ustedes mi poemario TE VI PASAR que se encuentra en las librerías de los Paulinos 

No hay comentarios:

Publicar un comentario