miércoles, 4 de marzo de 2015

Ante una desacreditación a nuestra Iglesia

Respuesta de un miembro de Cristo amigo ante la preocupación por el programa de televisión Séptimo día de la cadena colombiana Caracol para desacreditar la Iglesia

Por Raúl Clavijo

Aunque tarde para el comentario, a no afligirnos por estos programas de televisón

Acá en Argentina, siempre para cuaresma sale el notición «bomba» antes de Semana Santa. Son «típicas apariciones de Cuaresma». De mano de National Geographyc, o de algún otro del estilo, o casualidad. justo descubren «las tumbas de Jesús y de sus hijos», y las revelaciones de Judas (el quinto evangelio las llamaron), o lanzaron con bombo y platillos El código Da Vinci.

Desde cuando está el papa Francisco no ha vuelto a pasar, se ve que cierto pudor o conveniencia los para (como todo el pueblo está por Francisco, saben que no vende por el momento meter de esa porquería).

Siempre para cuaresma, el diablo hace su intento. «Señal de que está muy incomodado», la gente a último momento se convierte y él se queda sin nada, después de tantos años de trabajo continuado

La Gracia sobreabunda, y él se fríe en su aceite y retorcido de rabia lanza un escándalo a los medios, para tratar de recuperar terreno.

A no asustarse. Dios vence, Dios impera. El mal no prevalece. La mentira jamás ganó. Ni ganara. Y frente a la muerte, son pocos los que no se convierten, y el diablo lo sabe bien, y hace sus esfuerzos en cuaresma, porque es cuando más pierde.

La Cruz atrae, la Cruz dobla todas las rodillas, la Cruz conmueve y hace saltar lágrimas al peor, lágrimas que lo lavan y que terminan perdón y conversión.

El diablo lo saben bien, y lo sufre todos los años, y todos los años vuelve a su cantinela. La Iglesia es «Santa y ramera». Y en ella convivimos lo mejor y lo peor. Porque el mismo Dios manda «no cortar la cizaña» por temor a que se corte también el trigo. Y en este convivir con lo peor, aprendemos de Cristo. A ser misericordiosos hasta el extremo de dar la vida. Es el camino que Él eligió. A no asustarse entonces.

La Verdad vence. Y siempre queda una magdalena convertida. Ésa es la mecánica de la Gracia de Dios. «Y a quien más pecó, más se le perdonó, y más amó».

Y eso va para todos y cada uno, laicos y clérigos. Ni la excomunión es condenación, es llamado in extremis, es sacudida de último momento.

El pederasta, es apartado no para su condenación, sino para su conversión. El diablo nunca gana. Hasta en esto pierde. Porque Dios no se cansa ni se cansará jamás. Siempre vuelve a buscar la oveja perdida.

Cuaresma es el tiempo más horrendo para el diablo. El Pastor ha salido a campear las perdidas, y al diablo se les escapan por un pelo.

A no temer, a no asustarse. En medio de la oscuridad, los rayos y el hambre, el que aparece siempre es Jesús. Disfrutemos de su amor.

Tengan un bendecido día.
En Jesus, Maria y Jose.
Raul Clavijo

Laus Deo Virginique Matri