Respuesta de un
miembro de Cristo amigo ante la preocupación por el programa de televisión Séptimo día de la cadena colombiana Caracol
para desacreditar la Iglesia
Por Raúl Clavijo
Aunque tarde para el comentario, a no afligirnos por estos
programas de televisón
Acá en Argentina, siempre para cuaresma sale el notición
«bomba» antes de Semana Santa. Son «típicas apariciones de Cuaresma». De mano
de National Geographyc, o de algún otro del estilo, o casualidad. justo
descubren «las tumbas de Jesús y de sus hijos», y las revelaciones de Judas (el
quinto evangelio las llamaron), o lanzaron con bombo y platillos El código Da Vinci.
Desde cuando está el papa Francisco no ha vuelto a pasar, se
ve que cierto pudor o conveniencia los para (como todo el pueblo está por Francisco,
saben que no vende por el momento meter de esa porquería).
Siempre para cuaresma, el diablo hace su intento. «Señal de
que está muy incomodado», la gente a último momento se convierte y él se queda sin
nada, después de tantos años de trabajo continuado
La Gracia sobreabunda, y él se fríe en su aceite y retorcido
de rabia lanza un escándalo a los medios, para tratar de recuperar terreno.
A no asustarse. Dios vence, Dios impera. El mal no
prevalece. La mentira jamás ganó. Ni ganara. Y frente a la muerte, son pocos
los que no se convierten, y el diablo lo sabe bien, y hace sus esfuerzos en
cuaresma, porque es cuando más pierde.
La Cruz atrae, la Cruz dobla todas las rodillas, la Cruz
conmueve y hace saltar lágrimas al peor, lágrimas que lo lavan y que terminan
perdón y conversión.
El diablo lo saben bien, y lo sufre todos los años, y todos
los años vuelve a su cantinela. La Iglesia es «Santa y ramera». Y en ella convivimos lo mejor y lo peor. Porque el
mismo Dios manda «no cortar la cizaña»
por temor a que se corte también el trigo. Y en este convivir con lo peor,
aprendemos de Cristo. A ser misericordiosos hasta el extremo de dar la vida. Es
el camino que Él eligió. A no asustarse entonces.
La Verdad vence. Y siempre queda una magdalena convertida. Ésa
es la mecánica de la Gracia de Dios. «Y a quien más pecó, más se le perdonó, y
más amó».
Y eso va para todos y cada uno, laicos y clérigos. Ni la
excomunión es condenación, es llamado in
extremis, es sacudida de último momento.
El pederasta, es apartado no para su condenación, sino para
su conversión. El diablo nunca gana. Hasta en esto pierde. Porque Dios no se
cansa ni se cansará jamás. Siempre vuelve a buscar la oveja perdida.
Cuaresma es el tiempo más horrendo para el diablo. El Pastor
ha salido a campear las perdidas, y al diablo se les escapan por un pelo.
A no temer, a no asustarse. En medio de la oscuridad, los
rayos y el hambre, el que aparece siempre es Jesús. Disfrutemos de su amor.
Tengan un bendecido
día.
En Jesus, Maria y
Jose.
Raul Clavijo
Laus Deo Virginique Matri