Queridos hermanos
A mí me encanta escribir sobre el perdón.
Pilar Castaño Valencia |
La periodista: —Para alguien de su trayectoria ¿qué se
siente estar expuesta de esta manera?
Pilar Castaño Valencia: —Mucho dolor. No hay cariño, no hay
respeto. Aquí la gente se agarra de cualquier cosa para satanizar, para
crucificar. Acaban con todo el mundo, le caen al caído. Aquí no hay
conmiseración ni caridad. Por eso cuando recibí la carta de Gabriela la perdoné
sin dudarlo porque acepta su error, acepta que cometió una grave falta, pide
perdón. Y a mí me criaron con el perdón en mi casa. Fue lo primero que me
inculcó mi mamá: la humildad y el perdón, y eso es lo que hay en mi alma.
Parte del reportaje Pilar perdonó a la ilustradora aparecido
el 13-11-24 en el periódico El Colombiano de mi ciudad y en otros de mi país.
La historia resumida (para los que no la sepan).
Pilar Castaño Valencia es una periodista que ha tocado
varios tópicos de su profesión y ha escrito cuatro libros sobre modas y acababa
de terminar el quinto. Sus conocimientos sobre modas son muy vastos y sus libros
son esperado y sus libros muy cotizados en el mercado. Para el quinto libro
necesitaba un ilustrador y su hijo, adolescente, le presentó a la novia de uno
de sus amigos. La joven es estudiante que estudia diseño gráfico en Nueva York.
Pilar la recomendó con la editorial por cuanto las muestras le fueron
satisfactorias. El libro salió al mercado e inmediatamente resultaron dos
ilustradoras norteamericanas demandando plagio. Los colombianos que no
terminamos de recuperarnos de una sorpresa ya estamos acostumbrados a recibir
la siguiente. La honorabilidad de Pilar Castaño Valencia puesta en la picota
por un plagio de algunas (no todas) ilustraciones de su quinto libro. El mundo
se le vino encima, sin conmiseración ni caridad como dice en su respuesta. La
pérdida que le ocasiona ese plagio a la editorial suma ciento sesenta millones de pesos (aproximadamente
ochenta mil dólares). Hasta que por fin la ilustradora dio la cara y en su
carta de perdón mostró la ingenuidad adolescente y pidió perdón. El nombre y la
magnanimidad de Pilar quedaron en alto para oprobio de los que la satanizaron y la trataron de corrupta.
Pero nos falta un punto que he callado a propósito para
cerrar el origen del perdón y la humildad de Pilar; para desarrollar ese punto
repito las últimas frases de la respuesta de Pilar:
—Y a mí me criaron con el perdón en mi casa. Fue lo primero
que me inculcó mi mamá: la humildad y el perdón, y eso es lo que hay en mi alma.
Gloria Valencia de Castaño |
¿Pero, quién es la mamá de Pilar? Mis compatriotas pueden retirarse, porque colombiano mayor de veinticinco años que no sepa quién es Gloria Valenciade Castaño, nunca se ha sentado en frente de un televisor. Pueden clicar su
nombre para que vean la semblanza que de ella hace Wikipedia. Esposa de un solo
marido fue siempre una gran señora y trabajó en la televisión colombiana desde
sus inicios en 1954 hasta mediados de la década del noventa. No necesitó las frivolidades de la farándula para ser por siempre la
primera dama de la televisión colombiana. Su esposo, Álvaro Castaño Castillo,
fue su director y su compañero de trabajo en varios de sus programas. Vivió en las pompas del mundo sin
contaminarse de ellas. Desconozco la espiritualidad de doña Gloria, pero, como
dice Jesús en el versículo 20 del capítulo 7 de San Mateo, «por sus frutos los
conoceréis». El perdón y la humildad que nos muestra hoy Pilar, las virtudes en
las que más insistió el Salvador en su paso por este mundo, son los frutos de
doña Gloria.
Gabriel Escobar Gaviria
Noviembre de 2013.
No hay comentarios:
Publicar un comentario