La bruja
Gabriel Escobar Gaviria
Tal vez algunos hayan leído el libro La bruja del
escritor colombiano Germán Castro Caycedo. Yo lo leí.
Género; Crónica. El escritor, como uno de los mejores periodistas
de mi país que es, describe unos hechos sin parcializarse en ellos ni a favor
ni en contra, y sin necesidad de asegurar durante el escrito que lo hechos los
tiene por ciertos por cuanto él siempre hace investigaciones sobre los temas
que va a tratar.
Los hechos narrados ocurrieron durante las décadas del 70 y
del 80 del siglo pasado.
Tal vez alguno haya visto el seriado La bruja basado
en el mismo libro. Yo no lo vi ni lo veré, razón por la cual no puedo comprobar
la fidelidad del seriado respecto de la crónica.
En renglón y medio, el argumento de la crónica: la
protagonista, cuyo nombre fue cambiado en el libro por preservar su identidad,
es una mujer joven, maestra de profesión en uno de los pueblos de Antioquia de
nombre Fredonia, conoció a alguien que
les adivinó la suerte a ella y a algunos amigos, y ella pidió que le enseñara.
Aprendió y empezó como un juego con los compañeros de profesión. Como las
predicciones le salían acertadas, su fama se regó por la región y alcanzó altos
niveles en Gobierno y en los capos del narcotráfico de la época. Jefes de
Estado que no tomaban decisiones de Gobierno sin consultar con ella y capos que
hacían los envíos bajo su visto bueno. Ésa es la obra completa: un Estado
manejado por la brujería y por el narcotráfico.
Ella empezó a darse cuenta de que tanto poder no era gratis
y de que el espíritu del mal se había apoderado de su alma y buscó ayuda. La
encontró en tres personas: la monja Alicia Echeverri Calle, monseñor Alfonso
Uribe Jaramillo, obispo de la diócesis de Sonsón-Rionegro (es una diócesis con
dos sedes) y del padre Guillermo Gil, sacerdote de la diócesis de
Sonsón-Rionegro, exorcista autorizado por el Obispo Alfonso.
Hay tres o más exorcismos hasta que la monja Echeverri logra
hacer salir del cuerpo de la bruja el demonio que sale por la boca de la mujer en
forma de un animal parecido a un armadillo, y como el hecho ocurriera en la
iglesia de San José del centro de Meddellín, el animal logró la calle y atravesó
la avenida Oriental, muy concurrida, y se confundió con los peatones de la
calle ayacucho donde ya no hubo testigos que aseguraran haberlo visto. No
alargo más el cuento porque no es necesario. Y el final de mi historia avendrá
después de que les cuente lo que pasó el lunes pasado.
Como era un lunes festivo, había tratado de enderezar mis
ocupaciones para que me quede tiempo de seguir con mis campañas en mis blogs.
Como a las 6:00 p. m. me dijo Juan Gonzalo, mi hijo, que una amiga suya lo
había invitado a una conferencia que daría la bruja de Germán Castro Caycedo en
una iglesia de El Poblado, a las 8:00 p. m.
En principio sentí pereza que le manifesté a mi hijo diciéndole que quién sabe qué iglesia rara había cogido a esa señora y la tenía enseñando
por fuera de nuestra Iglesia; pero inmediatamente recapacité y pensé que si
ella había buscado a Dios en nuestra Iglesia y ante tan dignos personajes, aún
después de 20 años sería difícil que hubiese traicionado a quien la salvo.
En realidad, nunca supe más de la bruja que lo que me dijo
el libro. El libro pone a terminar la vida profesional de la bruja en el Liceo
La Paz de Envigado. Varias veces le he preguntado a mi esposa por ella, puesto
que mi esposa lleva 34 años en el magisterio de Envigado, algunos de ellos en
La Paz, y nunca he tenido respuesta.
Pregunté a mi hijo cuál sería la iglesia y me dijo que la
Nuestra Señora de los Dolores.
Decidí acompañarlo.
Quedé impresionado por varias cosas:
Encontré a una mujer de fe, que sabe quién la salvo, que
sabe quién le perdonó sus pecados y que está metida en una campaña que trata de
apartar a la juventud de horóscopos, de tarotes, de amuletos, de nueva era y de
todas las trampas del maligno para recaudar incautos. Encontré a una mujer que
ya no tiene temor de que su nombre se conozca: Lucrecia Gaviria.
La iglesia, que no es pequeña estaba con todas las bancas
ocupadas aunque no se colmó de gente de pie, el ocupado de las bancas, insisto,
fue completo.
Las únicas dos personas que sobrepasaban los 40 años éramos
Lucrecia y yo. Era un movimiento juvenil lo que allí se estaba dando.
Su relato tuvo apenas algunas diferencias con el libro. Al
parecer no es maestra pues no mencionó nada parecido a magisterio. No mencionó
el armadillo.
Pidió el rezo del Santo Rosario y la bendición de los
alimentos.
Oremos por ella para que su perseverancia dure para siempre
Y antes de sentarme a escribir esto, me comentó mi hijo, que
la joven que lo invitó tiene problemas con su esposo de quien está separada.
Pongamos esa pareja también en oración.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarEstimado señor anónimo:
EliminarLeo y releo mi articulo relacionado con la conversión de doña Lucrecia y no he podido encontrar dónde dije que la señora hubiese cobrado siquiera un centavo, que ya no circulan en mi país, por la excelente conferencia que nos dio en el templo parroquial de Nuestra Señora de los Dolores en el exclusivo barrio El Poblado de Medellín en el sector de Patio Bonito. Entonces, si no hubo cobro, ¿dónde está la estafa?. Si no eres católico ¿que hace tu presencia en mi pensamiento católico? Y me baso al asegurar que no eres católico pues consideras supertición la conversión y el exorcismo. ¿Acaso Jesús no convirtió a varios que dejaron sus pecados por seguirlo? ¡cómo llamas «supertición» a la conversión y al exorcismo si por donde Jesús pasaba convertía y sacaba los espíritus maligno?
Leo y releo mi articulo relacionado con la conversión de doña Lucrecia y no he podido encontrar dónde dije que la señora hubiese cobrado siquiera un centavo, que ya no circulan en mi país, por la excelente conferencia que nos dio en el templo parroquial de Nuestra Señora de los Dolores en el exclusivo barrio El Poblado de Medellín en el sector de Patio Bonito. Entonces, si no hubo cobro, ¿dónde está la estafa?. Si no eres católico ¿que hace tu presencia en mi pensamiento católico? Y me baso al asegurar que no eres católico pues consideras supertición la conversión y el exorcismo. ¿Acaso Jesús no convirtió a varios que dejaron sus pecados por seguirlo? ¡cómo llamas «supertición» a la conversión y al exorcismo si por donde Jesús pasaba convertía y sacaba los espíritus maligno?
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